Volar. Sin miedo a las alturas. Subirse a la cima de la montaña. Sin importarte caer. Tener ganas de reír. De ser feliz. De disfrutar. Ganas de los tuyos, los que siempre están ahí, los que no te fallan. Esos que no son perfectos pero te alegran la vida. Ganas de descubrir. Nuevos lugares, nuevas personas. Encontrar una sonrisa una noche en un bar normal y corriente. Y conocer. Conocerlo todo. Recorrer el mundo. Libertad. Alegría. Placer. Sensaciones nuevas. Sensaciones limitadas a libros y películas, pero ganas de encontrarlas en la vida real y hacerlas tuyas. Sentirse la protagonista de tu vida, porque lo eres. Es tu historia, tuya y sólo tuya. Lápiz y papel. Y nada más. Sin goma de borrar, porque los errores te enseñan más que cualquier otra cosa. Esta es tu película, la película de tu vida. Y acaba de empezar. El final no es este, tal vez sí de este capítulo, pero con todos los que quedan no vale la pena estar mal y desperdiciar otros muchos capítulos. Porque habrá muchos más. Mejores y peores. Sí, lo sé. Como este ninguno. Éste fue verdaderamente especial, pero habrá más. Es tu película, vívela.
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