lunes, 19 de abril de 2010

Frío.

Lo he intentado. Con todas mis fuerzas. Pero no lo consigo por más que quiera. ¡Ridículo! Debí pensarlo antes de empezar con todo esto. Tal vez no me lo imaginé así, nadie se lo imaginó así. Pero ya está, se acabó, para siempre. ¿Para siempre? No me lo imagino, no me imagino vivir así. No. Porque así no se vive. Porque no tengo vida, la tienes tú, eres tú. Mi vida, todo lo que tengo, o lo que tenía. Y ahora, ¿qué tengo? Nada. Te tenía a ti y punto. Y ya está. Con eso era suficiente, era perfecto.
En realidad, yo sí pensé que iba a durar siempre. Nadie lo pensaba, ni siquiera tú. Pero yo sí. De locos, ¿verdad? Pero no me podía imaginar el final. Y mucho menos este final. No, este final no es el nuestro. Y si lo es, definitivamente pierdo toda esperanza de que el amor exista.

Frío. Se clava en mis huesos y no entro en calor, no consigo respirar. Un abrazo, sólo eso.

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