Ha pasado ya bastante tiempo. Pero no demasiado. Sigues siendo lo primero y lo último, aunque yo no sea nada. Es curioso como la vida de una persona puede girar en torno a las decisiones y a los sentimientos de otra. En todo este tiempo he podido pensar. Mucho. Demasiado tal vez. He descubierto cosas terribles y otras muchas maravillosas. Y me he dado cuenta de lo que representa el amor, de lo que nos hace hacer el simple hecho de estar enamorado.
Cuando te enamoras, le das tu vida a esa persona, tu alma. Se la entregas sin pedirle nada a cambio, por propia voluntad, incluso sin darte cuenta. Y a partir de ahí, empiezas a depender de su alma, porque toda persona necesita una alma para seguir adelante. Eso no está mal al estar junto a esa persona, el problema empieza cuando se aleja. Cuando se separa de ti. Porque se lleva tu alma, y tú no puedes hacer nada para recuperarla. Sólo esa persona te la puede devolver a regresar junto a ti, pero si no lo hace, te quedas sin alma. Y a partir de ahí, tienes que comenzar a construir una nueva. Es muy difícil construir una nueva alma, y requiere mucho tiempo. Mi problema es que yo no he empezado a construir mi nueva alma. Me limito a esperar que la antigua vuelva, y cada día que pasa me muero un poquito más.
Te echo de menos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario