jueves, 22 de julio de 2010

Promesse.


Era fácil. Sí que lo era. Todos lo comentan, que he cambiado, que no soy la misma. Incluso tú lo dices. ¡Qué sabrás tú! No lo entendéis, nadie lo puede entender. Te has llevado mi vida. No puedo ser la misma si no tengo mi vida. Y no, no quiero tener otra. Quiero mi vida de antes, la que tú me guardabas en el bolsillo para que no la perdiera, para que no la desperdiciara. Y es que todo era más fácil contigo. Era como tenía que ser. Ahora hago daño, miento, destruyo. Pero no lo hago con maldad, es sólo que no sé cómo hacer las cosas bien. Y tú. Tú sí que has cambiado. Sólo conmigo, pero has cambiado. Tendrías que ver cómo me mirabas antes. Ahora ya es como si no me vieras a mí, como si vieras a una perfecta desconocida. A veces me gustaría gritarte que abrieras los ojos. Que soy la persona que más te va a querer en el mundo, y no te das cuenta. Ha pasado ya mucho tiempo, pero no consigo olvidarte. Sigues ahí. En mi cabeza. En todo mi cuerpo. Todo el tiempo. Ya nadie lo entiende. Al principio sí, era normal. Pero ya no lo es. Estoy completamente sola. Y, para colmo, ahora soy tu "amiga". ¡Qué insignificante palabra! Es menos que nada. Te quiero.

No hay comentarios:

Publicar un comentario